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sábado, 10 de febrero de 2018

PERÚ: Una larga e innecesaria agonía

No cabe duda que este país se encuentra en crisis terminal, con un (des)gobierno liderado por el conocido lobbysta y Traidor a la Patria Pedro Pablo Kuczynski, hundido en gravísimos casos de corrupción y que tarde o temprano lo llevaran a la cárcel. Esta sensación de desconcierto y fragilidad del perro faldero de la Casa Blanca también es percibida en el exterior y por ello se entiende la visita del Secretario de Estado estadounidense Rex Tillerson a Lima en su gira por América Latina, con el objetivo primordial de acudir a su rescate. En efecto, aislado y en la cuerda floja por los múltiples cargos de corrupción en su contra, Kuczynski encontró en Tillerson una mano y una voz ‘amigas’, algo que le hacía falta con urgencia. En tiempos que abundan las críticas a su gestión y los pedidos de vacancia presidencial, el funcionario del gobierno de Trump lo elogió y lo felicitó por su cercanía con las infames políticas de los Estados Unidos. De la visita de Tillerson al Perú quedó claro el total alineamiento y sometimiento de su gobierno con Washington. “Pensamos igual”, aseguró el enviado de Trump. Tillerson y Kuczynski han destacado la buena relación militar entre ambos países y su voluntad de profundizarla, relación que se expresa en la presencia militar y policial norteamericana en el Perú y las facilidades a sus fuerzas para operar en la región. Al salir de su conversación de cerca de una hora con el secretario de Estado norteamericano, PPK, hablando al lado de Tillerson, expresó su satisfacción de tener una relación “muy fuerte” en temas de seguridad con el gobierno de Trump. “Esta reunión (con Tillerson) reconfirma la relación muy fuerte que hay entre nuestros dos países, no solo en el nivel comercial, sino en el nivel de seguridad, en la lucha contra la droga”, dijo, “y contra la corrupción”, agregó, como quien vive fuera de la realidad, una realidad que lo tiene a él como protagonista central de una trama de corrupción que puede costarle el cargo y entrada en prisión en las próximas semanas. El día anterior, luego de entrevistarse con la canciller Cayetana Aljovín, el jefe de la diplomacia norteamericana también había calificado como “muy sólida” la relación militar entre su país y el Perú, la que definió como “fundamental”. Venezuela, como era de esperar, estuvo en el centro de los diálogos de Tillerson con las máximas autoridades peruanas. Y, claro, hubo plena coincidencia entre los dos gobiernos en sus críticas al régimen venezolano. “Estados Unidos agradece profundamente el liderazgo de Perú en la región, sobre todo el trabajo del Grupo de Lima (grupo de doce países: once latinoamericanos, entre ellos Argentina, y Canadá, contrarios al gobierno venezolano, lanzado en la capital peruana en agosto pasado) para abordar la destrucción terrible que existe en este momento de la democracia venezolana”, señaló Tillerson, con un satisfecho Kuczynski parado a su lado. El Secretario de Estado norteamericano reveló que ambos habían “intercambiado ideas” sobre “qué es lo que podemos hacer para lograr que Venezuela vuelva a su ruta institucional”, pero no dieron detalles sobre de que posibles medidas hablaron. Antes de llegar a Lima, Tillerson se había referido a la posibilidad de un golpe militar en Venezuela para destituir a Maduro. Sobre eso, Kuczynski y su canciller no dijeron nada. Mientras terminaban su reunión en Palacio de Gobierno y daban una breve declaración a la prensa sin aceptar preguntas, se conocía la noticia que el señor Nicolás Maduro había confirmado su asistencia a la Cumbre de las Américas, que se desarrollará en la capital peruana el 13 y 14 de abril. Era lo último que ambos querían escuchar. Apenas se conoció que Maduro vendría a Lima, se desató una histeria contra el mandatario venezolano en los grandes medios y distintos sectores políticos de la derecha. “Tenemos que decirle a Maduro que no es bienvenido. Vamos a pedir que el Grupo de Lima lo declare persona no grata”, clamó el vocero parlamentario oficialista Gilbert Violeta, al momento de anunciar la presentación en el Congreso de una moción en rechazo a la llegada del líder bolivariano. Voceros del fujimorismo, del partido aprista y otros sectores, apoyaron entusiasmados la propuesta. Se repitieron amenazas de darle a Maduro ‘un recibimiento hostil’ si no se podía impedir su llegada. Un pedido absurdo desde todo punto de vista ya que las relaciones exteriores de un país lo maneja el gobierno y no el Congreso, por lo que se trata de otra cortina de humo - como aquella que quiere reimplantar la Pena de muerte - para intentar acallar los graves escándalos de corrupción al descubrirse sus conexiones con Odebrecht, en el cual están involucrados todos aquellos sectores que ‘coincidentemente’ atacan a Venezuela. Dejando en evidencia un doble estándar, voceros de Kuczynski, quien hace poco indultó ilegalmente al despreciable genocida Kenyo Fujimori, condenado por Crímenes de Lesa Humanidad, dispararon contra el señor Maduro acusándolo de ‘dictador y de violar los derechos humanos’ (?), y desde el fujimorismo, que reivindica el sangriento régimen de su recién liberado fundador, también abundaron los discursos en ese mismo sentido. Menuda hipocresía. Una vez más, el tema Venezuela fue usado con amplitud para repetir trasnochados discursos para intentar ocultar sus delitos. Esta claro que Kuczynski no quiere a Maduro en la Cumbre de las Américas, pero nada puede hacer para evitarlo y como están las cosas, no sería sorprendente que el presidente venezolano participe de esta cita y quien no lo haga sea PPK. En el Congreso se ha vuelto a activar un pedido para destituir al mandatario peruano por cargos de corrupción. En diciembre salvó por muy poco de ser sacado del sillón presidencial por sus vínculos con la trama de corrupción de Odebrecht, luego de canjear el indulto a Fujimori por diez votos disidentes del fujimorismo. Nuevas evidencias lo comprometen aún más con las acusaciones en su contra de haber utilizado su cargo de ministro durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) – hoy prófugo en EE.UU. señalado de recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht – para favorecer intereses privados, entre ellos los de Odebrecht y los de una empresa de asesoría financiera de su propiedad. Grupos parlamentarios que en diciembre no apoyaron la destitución anuncian que ahora sí lo harán, lo que deja a Kuczynski en una situación muy complicada. Su (des)gobierno se encuentra en estado agonizante y el no parece darse cuenta de ello.Ultimas informaciones dan cuenta que la oposición ya sumaría los 87 votos que necesita como mínimo para destituirlo. Esta vez, para evitar sorpresas de última hora, las bancadas acordaron redactar una moción de vacancia conjunta, la cual se hará sin prisa y cerrando cualquier vacío legal al que pueda aferrarse el mandatario. Se estima que el documento estará preparado en los primeros días de marzo. Corren las apuestas de si llega o no a la Cumbre de las Américas de abril. Y esas apuestas no lo favorecen en lo absoluto :)
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