EL GALLINAZO: Un ave emblemática de Lima que se extingue en silencio

Esta semana, Lima celebra un nuevo aniversario de su fundación en 1535 por Francisco Pizarro y que mejor oportunidad para referirnos en esta ocasión a un ave que cumple una importante labor ambiental en la prevención de enfermedades y epidemias, pero a pesar del trabajo que realizan son muy mal vistos y es menospreciada por muchos. Nos referimos al gallinazo, que se ha estado presente en su historia, arte y literatura, convirtiéndose en parte integral del paisaje de la capital del Perú. Pariente del Cóndor y del Buitre, esta ave ha hurgado desde siempre en los basurales de la ciudad, ya que vive de la carroña y de los alimentos en descomposición. Recordemos también que durante el dominio español, se solía acumular en las acequias prehispánicas que cruzaban la ciudad (hoy desaparecidos o bien canalizados, como el río Surco) desperdicios de los mercados y de los transeúntes, porque estaban expuestas al aire libre. Pero a través de los siglos, gracias a la labor silenciosa de los gallinazos, se pudo prevenir la propagación de enfermedades, y por esa razón se evitaba matarlos. La historiadora María Rostworowski señaló en una ocasión que en la época prehispánica estas aves habitaban cerca del santuario de Pachacámac; donde además eran objeto de cuidados y se les alimentaba. En su vasta obra, la historiadora relata la lucha entre los antiguos dioses Pachacámac (señor de los terremotos) y Vichama (hijo del sol); este último perdió a su madre, ya que Pachacámac la mató y dejó abandonada a merced de los gallinazos, pero que posteriormente ella fue resucitada por Vichama. Este hecho está unido a los ciclos agrarios y al reverdecer de las cosechas, ya que Vichama (representando simbólicamente al sol), daba la oportunidad a la tierra (madre de Vichama) de regenerarse y ofrecer sus frutos. El padre José de Acosta señala a su vez, que para fines del siglo XVI, los gallinazos limpiaban las calles de inmundicias: “En el Perú existen unas aves que llaman gallinazas … pero para mí que son del género de cuervos… limpian las ciudades y las calles que son propias, porque no dejan cosa muerta; pasan la noche en el campo sobre los árboles o peñas; pero en la mañana vienen a las ciudades, y desde los más altos edificios atalayan para hacer presa…” Garcilaso de la Vega menciona asimismo que por su labor sanitaria no las mataban: “Hay unas aves grandes, negras, que los naturales llaman suyuntu y los españoles gallinaza; son muy tragonas de carne y tan golosas, que si encuentran alguna bestia muerta en el campo comen tanta de ella que, aunque son muy ligeras, no pueden levantarse al vuelo, por el peso de lo que han comido…mas como ellas no son de comer ni de provecho alguno, sino de limpiar las calles de las inmundicias que en ellas echan; por lo cual dejan de matarlas” subrayó. Ya para el año 2015, esta ave se relaciono con un programa llamado “Gallinazo avisa”, el cual buscaba generar conciencia y educar sobre el grave problema de la acumulación de basura que se genera en Lima. De esta manera, se tomaron 10 gallinazos y se les instalaron rastreadores GPS y cámaras con el objetivo de encontrar las zonas de mayor acumulación de basura de la ciudad, como son los rellenos sanitarios ilegales donde van a parar todo tipo de desperdicios, que es un gran problema que aflige a Lima. Y que mejor que los gallinazos para encontrarlos. Lamentablemente, debido a que son carroñeros, de color negro y aspecto desagradable, muchas personas no prestan atención a sus necesidades y su número decrece año a año. Según una investigación realizada por el Museo de Historia Natural, en la actualidad deben existir apenas unos dos mil en toda la capital, muy pocas para la gran cantidad de basura que genera la metrópoli. La mayor cantidad se concentra en el centro de la ciudad y prefieren anidar en las torres de la Catedral de Lima, alimentándose en los bordes del río Rímac, aunque también son vistos por el Malecón Cisneros en Miraflores, e incluso en Barranco. El gallinazo espanta y encanta a la vez, como la propia Lima. Salvémosla de su desaparición :)